Para
poder plantear un programa específico y efectivo que dé resultado en la
disfonía, primero debemos definir el grado del trastorno o desvío y a partir de
esto planteamos los objetivos.
La
evaluación y el registro de la voz es competencia del médico foniatra, quien
posteriormente derivará a los pacientes a un gabinete logopédico para la
intervención.
Los pasos que se llevan a cabo en
la evaluación son:
RECOGIDA DE
INFORMACIÓN DEL PACIENTE Y DE SU PROBLEMA
Se realizan una serie de
preguntas para recabar información, siempre con respeto y haciendo las
preguntas necesarias. Las preguntas que hay que abarcar son:
- Datos personales.
- Procedencia (Derivado o no por un profesional).
- Motivo de consulta
- Antecedentes personales y familiares patológicos.
- Situaciones del entorno laboral o social.
Hay que presentar una
especial atención a los factores de riesgo (hábitos vocales, estrés, ansiedad,
hábitos corporales, carraspeo, cirugías…).
MÉTODOS DE
EXPLORACIÓN
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